La crisis: un reto para poner a prueba la caja de herramientas del sistema de Formacion Profesional.

2009/10/15 00:00:00 GMT+2
Se apuntan a modo de herramientas, algunas posibilidades que el sistema de FP puede aportar al contexto industrial: La oferta de Formación Continua (FC) o Formación para el Empleo; la capacidad de realizar gestión de las competencias precisas por las empresas; refuerzo de los sistemas de orientación y acompañamiento en el proceso de aprendizaje a lo largo de la vida y nuevas programaciones; transferencia de tecnología a las pymes con profesorado preparado; contribuir en los planes de fomento de empleo.
En los centros de Formación Profesional, con el cambio radical en la situación económica ha cambiado la relación “natural” con las empresas, en las que estas demandaban Formación Continua y graduados para su contratación y por contra, regresan a las bolsas de empleo antiguos alumnos en números significativos, la provisión de plazas de Formación en Centros de Trabajo para el alumnado de los ciclos se desarrolla con dificultad y se ha incrementado la demanda de Formación Continua por las personas trabajadoras en activo o desocupadas. Así mismo, las dificultades en la contratación de las empresas han congelado el programa pionero de Formación Inicial Ikasi eta Lan puesto en marcha el 2007-08 y que alterna estudio con trabajo remunerado.

En este contexto, se apuntan a modo de herramientas, algunas posibilidades que el sistema de FP puede aportar al contexto industrial:

La Oferta de Formación Continua (FC) o Formación para el Empleo es una oportunidad que da respuestas a las necesidades de competencias de empresas y personas. Los retos en este apartado están en poner a prueba la calidad y cantidad de oferta de FC del sistema de FP y su capacidad de responder a los cambios organizativos, tecnológicos y de mercados que se están suscitando. En este sentido, los centros de FP deben alinearse con las empresas para formar a las personas pensando en la salida de la crisis y deben responder a las demandas individuales de las personas trabajadoras que preocupadas por su futuro laboral son mas sensibles a formarse para adquirir competencias que faciliten su continuidad en sus empresas.

En referencia a su financiación apuntar una consideración: si la demanda de FC crece y la financiación de Hobetuz se mantiene, puede generarse una falta de respuesta a empresas y personas en momentos especialmente críticos.

Además de los programas habituales, hay nuevas reglamentaciones dispuestas para atenuar los efectos de la crisis que pueden ser oportunidades para el sistema de FP. Así con las ayudas dirigidas a las empresas en ERE, se puede propiciar la puesta a disposición de quienes lo necesitan de las capacidades formativas de los centros del sistema.

Por último, señalar la importancia de concretar el rol de los centros de FP en el nuevo marco que defina la transferencia de las políticas activas de empleo.

La capacidad de realizar gestión de las competencias precisas por las empresas.


Con la gestión de competencias e inicialmente con su diagnóstico en la empresa, se trata de captar lo esencial de las necesidades competenciales actuales o venideras y buscar las soluciones apropiadas. Las fuentes de necesidad de la empresa son sus problemas y limitaciones, la evolución de tecnologías y medios; la evolución de clientes y competidores y las decisiones estratégicas en tecnología, en organización, en mercado y producto. Con los diagnósticos, teniendo en cuenta el pequeño tamaño de nuestras empresas el sistema de FP está ante un mercado por desarrollar y por tanto ante una oportunidad.
Es de reseñar, la iniciativa de la Viceconsejería de FP y de la Dirección de Aprendizaje Permanente  para formar a los responsables de Formación Continua de los centros de FP en este cometido. El proyecto DNF´s (Diagnósticos de necesidades de formación), puesto en marcha a principios de año tiene como objetivo formar a los diagnosticadores y al personal de apoyo de los centros en la prestación del servicio de diagnósticos de necesidades de formación.

Con esta herramienta el sistema de FP tiene un gran reto: ayudar a las empresas centradas en tecnologías convencionales a identificar y desarrollar las competencias clave que favorezcan su acceso a sectores emergentes y adecuar formaciones específicas a los mercados, tecnologías y modelos de gestión de esos sectores.

Refuerzo de los sistemas de orientación y acompañamiento en el proceso de aprendizaje a lo largo de la vida y nuevas programaciones.

El desarrollo a medio plazo del dispositivo de reconocimiento de la competencia por parte de los centros consolidará su papel en la orientación de todas aquellas personas que quieren continuar estudios. En el corto plazo, el incremento de ex-alumnos y ex-alumnas en las bolsas de empleo de los centros y la aproximación de personas desempleadas interesadas en formarse, posibilita trabajar con ellas perfiles meta, definidos con itinerarios formativos asociados. De este modo se puede ofrecer a la persona interesada una respuesta completa y personalizada.
Algunos de los perfiles meta, deben coincidir con las oportunidades que generan los sectores emergentes y por tanto es oportuno programar y ofertar nuevas formaciones: postcíclos específicos que se asocien a las nuevas necesidades de estos sectores.

Con la oferta de este tipo de cursos se consiguen dos objetivos con sus participantes: mejorar sus  competencias técnicas y mejorar las posibilidades de incorporación a empresas que utilizan tecnologías innovadoras.

Transferencia de tecnología a las pymes con profesorado preparado.

En los últimos 10 años, con el cumplimiento de las líneas marcadas por los planes vascos de FP, las importantes inversiones en equipos y tecnologías actualizados y su utilización en la oferta de FC, se han acercado dos colectivos: el personal técnico de las empresas y el profesorado de los centros. Este hecho genera una transferencia de información informal importante que permite impulsar en los centros un rol de transferencia tecnológica con aquellas empresas que están fuera del sistema de innovación. Hay que recordar, según el Plan de Competitividad Empresarial e Innovación Social 2006-2009, que la capilaridad del sistema de innovación no llega a la pequeña empresa, que es la mayoritaria en nuestro tejido productivo.

En la concepción de esta herramienta está la transferencia del conocimiento que existe en la FP y la oportunidad de impulsar en los centros la promoción de un porcentaje de profesorado en la impartición de  cursos avanzados y que a la vez se aproximan a un perfil de asesores tecnológicos.

Con esta intención, hay una línea incipiente, que merece especial atención y estímulo y que incide en la oferta de formación y apoyo técnicos a pymes del sector industrial que necesitadas de abandonar los segmentos de tecnología convencional, buscan migrar a sectores emergentes como el energético, el aeronáutico o el sanitario. En este cometido, caben reseñarse el proyecto GIGA liderado por el IMH y participado por Armeria Eskola y Meca, y el proyecto Goikerri  plus liderado por Goierri Lanbide Eskola y participado por 5 centros más.

Contribuir en los planes de fomento de empleo

Los ciclos formativos desarrollan perfiles profesionales destinados al mundo laboral, de forma que el  empleo y la adquisición de las competencias previstas son los dos grandes objetivos de la FP.
En la contribución al empleo en años anteriores, dejando a un lado la Formación Inicial, merecen resaltarse el programa de alternancia estudio y trabajo Ikasi eta Lan y la programación de cursos con compromiso de contratación dirigidos a personas desempleadas. En el presente curso el sistema de FP va a contribuir a la formación de personas perceptoras de Rentas Básicas para su incorporación a planes de contratación impulsados por el Gobierno.

En referencia a la fórmula de alternancia estudio y trabajo, creo que es el momento de mimar esta fórmula e incorporarla al Plan + Euskadi 09 y preservarla promocionando ayudas que faciliten a las empresas la contratación de alumnos y alumnas a media jornada y a los centros la acción de búsqueda de las empresas y la tutorización del proceso.
La Alternancia de Estudio y Trabajo es una buena herramienta para facilitar la empleabilidad de las personas jóvenes promoviendo su cualificación y su orientación hacia ocupaciones con proyección profesional. Máxime teniendo en cuenta que el colectivo de jóvenes (especialmente los menores de 24 años) muestra una escasa participación en el mercado de trabajo vasco, lo que se refleja en unas tasas de actividad bajas; al contrario de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, especialmente en algunos países del norte de Europa.


Joxean Egaña
Director IMH